Monday, January 24, 2005

Truquito

Algo que se me ocurrió hoy, cruzando de nuevo la calle Paraguay (en este mes la crucé más veces que en toda mi vida. Porque siempre la crucé a la altura de Palermo y ahí tiene mucha menos onda):
Para cruzar la calle, cuando está atestada de taxis en fila, o simplemente estuviste esperando que cesara la estampida de 45s (Eh? así se dice cuarentaicincos?) y Setentas (ambos colectivos verdes. O el setenta es blanquito?). Bueno, cuando estás muy harto/a de que no te dejen cruzar y justo ves venir, despacio, tranquilo, pero con ganas de no dejarte cruzar y arriesgarse a quitarte un tobillo, un taxi, hete aquí una ingeniosa idea:

Lo parás!

Lo parás y cruzás, riéndote mucho.
Hoy casi lo hice. Lo miré mucho al conductor pero no me animé a pararlo y lo dejé pasar.
Pero hubiera estado bueno.

*Igualmente advierto que de acuerdo al régimen machista vigente en nuestro país al 24/01/05, si es hombre y se burla así del taxista quizás el mismo se baje y lo putee. Bah, detenga el coche y lo putee. Porque tampoco la cosa es para tanto.
Y, en adición, si Ud. Sr., al hacer este truco que le propuse, putea además, así como de la nada, al taxista, es probable que su ofensa le sea devuelta. Lo mismo sucede si se le ocurre putear a un transeúnte. Tenga cuidado.
Si es mujer tampoco lo haga. Pero sí burlese de los taxistas, obviamente según su humor, audacia y portación de pollera. Preferentemente a lunares. Lo que sí, ríase.
Ud. también Sr., ríase. Ambos, no puteen. Y opten por cometer este tipo de sutiles y graciosas ofensas. Oh, que finura.


*(Extracto del Manual del Buen Mal Educado, Wright & Burroughs, Ediciones Ululú, 1903.)

1 comment:

Fran Lopez said...

Truquito:

Cruzando la calla Sapacrlite, a la altura de Frulubú, mientras uno espera que pase la ráfaga de café con crema, uno puede hacer lo siguiente:
Levatar el brazo, atajar el lemmon pie, sonreirle*, cruzar la calle y bailar mushito.


(*) Si se le ocurre putear al lemmon pie es porque ud es un desalmado o un tarambana