Seleccioné como mi edificio preferido de Catalinas a un bodoque sin alma y sin nombre, al lado del "Alem Plaza"
Tiene vidrios negros y casi opacos, no es como la truchada del Alem donde puedo ver las persianas americanas casi rotas que denotan la existencia de seres humanos que toman café de dispenser y cada tanto se sacan los zapatos y se reclinan en sus sillas
gente que incluso debe tener retratos familiares en sus cubículos, y lo que es peor, debe tener reuniones de recursos humanos con globos y cartelitos escritos a mano con fibrón negro sobre cartulinas amarillas
y yo, no. yo quiero mi fantasía, quiero al edificio de oficinas silente y temerario, las moles son moles y todo intento de humanizarlas es imposible.
o quizás sea posible, pero me gustaría pensar que la "humanidad" consiste en un concepto más elevado.
aunque no, la verdad que no, no somos más que tazas de café y zoquetes y guirnaldas tristes.
bah, así me imagino al mundo de oficina, de más está decir que lo transité pero huí despavorida.
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