Monday, August 27, 2007

Ejercicio

Hace muchos meses que no escribo. Supuestamente escribí hace un mes y pico acá pero eso no fue escribir.
Esto tampoco. Es solo un ejercicio. No voy a hablar de arquitectura. No voy a hablar de nada. La internet y su público me restringen pero a su vez me estimulan. No voy a hablar de lo que tendría que hablar. Nomás otro ejercicio. Para ver si la próxima sale algo mejor.

Recién hice una lista, asteriscos y pensamientos sueltos. Parecen hipótesis muy interesantes a primera vista pero a segunda son indesarrollables. O al menos yo no puedo.

Quería decir, nada más, que pienso que las mujeres somos más idiotas que los hombres. No porque lo seamos biológicamente, si no porque estamos socialmente "idiotizadas". ¿Cuánto más podría hacer una mujer de su vida si no dedicara al menos una hora al día en "ponerse linda" o pensar en cómo se ve? ¿Cuánta amplitud mental podría tener una mujer que no esté pendiente de su apariencia ni mirando otras mujeres para tratar de reforzar su autoestima en base a una estúpida competencia? Mantener baja la autoestima femenina es uno de los negocios más lucrativos que existen. Todas las revistas que son "para mujeres" (al menos de forma expresa) se dedican nada más que a comercializar productos de belleza y establecer estándares de lo que "se debería ser".
A veces me pregunto sobre las potencialidades que tantas mujeres tienen y que ni se dan cuenta que poseen. Siempre es más cómodo ser idiota, supongo. Siempre es más cómodo quedarse callada y seguir la opinión ajena. Siempre es más cómodo ceder la libertad propia para que una ajena controle la vida.


Ahora abro un paréntesis para tomar fuerza para seguir escribiendo... (



....)


El otro día fui a una feria de publicaciones independientes. No había ni una sola publicación editada por mujeres, o incluso que incluyera un integrante femenino dentro de su equipo de redacción.
La última vez que vi una publicación editada por mujeres la misma estaba llena de etéreos dibujos de sirenas. A decir verdad, un embole.
Sí, las mujeres somos mas idiotas, y aburridas. Es muy difícil no ser aburrida. Es muy difícil decir cualquier cosa, en principio. No porque nadie lo impida. Sólo por imposición propia. Por costumbre.


Bueno. Me cansé. Pasemos a otro tema.

Sigo anotando en la libretita

*Estaciones de servicio: no-lugares. Lugares seguros. Micro-ciudades. Roadtrip con fotos de estaciones de servicio. Estaciones de servicio fuera de Capital Federal.

Siempre me gustaron las estaciones de servicio porque me otorgan una sensación de seguridad. Siempre iguales, con comida, sanitarios y algún lugar donde sentarse. Abiertas las 24 hs. Siempre semivacías.
La semana que viene recupero la cámara y empiezo a registrarlas. La foto que publiqué anteriormente era de una ruta en Santa Fe que no recuerdo. Las estaciones de servicio cambian mucho fuera de la Capital. Todo cambia -muchísimo- fuera de la Capital.
De todos modos las estaciones de servicio extra-capitalinas siguen siendo un refugio en el medio de la nada. Ahí es cuando se ponen aún más interesantes.

No estoy escribiendo esto desde una estación de servicio porque el locutorio aún estaba abierto, pero bien podría haber cruzado a escribir desde la Petrobrás. Pero bueno, de todos modos no quería. Pero se me hace cada vez más difícil encontrar un lugar para escribir. Pero supongo que se trata de un lugar dentro mío nomás. Una permisión que me cuesta darme.


Tres: (estábamos contando?)
Me fui unos meses a otra ciudad. No soy de hablar claro cuando escribo, nunca se entiende lo que digo, pero bueno, ahí va: me fui (no fueron meses, fueron quincenas intercaladas, bah, qué importa). Y volví.
Y no hay nada más reconfortante que saber adónde queda esa parada del 29 que no tiene señalización ahí en una esquinita sobre la Avenida Córdoba. El caos es mi casa.

Creo que mi cabeza es un poco como la ciudad. Con su lado lindo y su lado feo. Mis barrios preferidos y los que prefiero evitar, las caminatas peligrosas por lugares grises, las alegres rodeada de árboles. Y más que nada la gente. La confusión, la alienación, la desconfianza, la dureza en el trato, la fragilidad por dentro, la soledad como constante. Creo que todos los porteños somos un poco así. No conozco muchas más ciudades. Pero creo que Buenos Aires es más que nada un magma de gente confundida. Caos y desorganización. Y eso de alguna manera me gusta, porque soy eso. Quisiera estar tranquila pero de nuevo viene el quisiera. No sé si existe tal tranquilidad y, si de algún modo la encontrase en algún lado, la eligiría.

La ciudad es un caos de gente que no sabe de dónde viene ni adónde va. Rejunte de inmigrantes de distintas épocas. Perdidos en el culo del mundo. Chocándose unos contra otros sin verse las caras, fingiendo ignorarse. Hasta me da cierta ternura, reconocerme como parte de esto. Como parte de algo, quizás.


Paréntesis dos .


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(No voy a releer lo que puse, no.)
De todos modos, suponiendo que alguna vez haya escrito algo interesante, le pido a los lectores y más que nada a los "comentadores" (porque supongo que no todos los lectores comentan) que me digan si hay algun posteo en particular que les haya gustado porque estoy pensando en elegir alguno para publicarlo en otro lado. Pero, como han visto, mi autoestima no me permite discernir adecuadamente (aunque ando re tranqui con el color de mi pelo y esas cosas de las revistas de belleza) si es que hay algo acá adentro (en el blog) que valga la pena.
Como yapa les dejo una foto de un edificio tremendo que vi en Rosario (la primera vez que lo vi fue un día de sol rajante y la lámpara de cobre relucía. Esta es una versión más modesta pero si miran con atención la lámpara puede verse. Qué lindo Rosario. Silencio. Doy paso a la foto.)

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Wednesday, August 22, 2007

on the road

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