Tuesday, May 10, 2005

Fui a la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo. A sacar el analítico. Hace bastante que no iba, más que nada a la planta baja.
Y...

chan chan...

el fantasma de la arquitectura.

(ah, me olvidé de acotar: urbanismo? eh? de qué me hablan? me ponen una carrera de urbanismo y después hablamos, está bien?)

Bueno, la cosa es que fui y me trajo recuerdos de andar por ahí con la carpeta enorme mirando los tragaluces tan lindos que hay ahí y lo agreste del paisaje y medio como que un poco lo extraño. Y las láminas con edificios que hay en los descansos de las escaleras. Y las librerías y los coloritos. Y la ampitud, más que nada. Y también esa sensación de salir y caminar dos cuadras por un pasto deslucido, con el viento en la cara y sin ningún otro edificio alrededor que esas horribles moles de cemento. Y el IASE, pero bueh, como que casi no lo registro.

Ahora el "patio central" está repleto de andamios, hasta el techo. Parece que están refaccionando los tragaluces, espero que no les hagan nada malo pobrecitos, pero bueno, no se pueden ver porque están tapados con maderitas. Que están sostenidas por todos estos andamios (oh, cuánta economización de recursos, je). Lleno lleno de hierros plateados (y algunos naranjas, molestísimos). Me hicieron pensar en las obras de Pablo Siquier (habré visto una, o dos, y ni siquiera en vivo, sino en revistas, pero bueno, las ví). Y nada, me sentí bien de saber quién es ese tipo (aunque no me guste lo que haga). Igualmente yo lo sé no por que estudie Artes sino porque me enteré así del aire como me entero yo, pero bueno, nada, Artes me gusta. Me gusta saber al respecto. Me da ganas de saber más. Me gusta la carrera que hago, en realidad no es que esté pensando si es ésta la carrera que quiero seguir, aunque bueno, tampoco hay que cerrarse a toda duda. Pero no es una duda. Yo a los edificios los amo y aunque no curse Arquitectura los quiero mucho igual.
En realidad, lo que mas extraño de la carrera son las clases de dibujo. No por las clases en sí, si no por ir y sentarme y dibujar, y "tener que" comprarme lápices y colores y hojas, y dibujar.

(porque a mí me cuesta hacer lo que quiero, es como que necesito encubrirlo bajo el rótulo de "obligaciones estudiantiles" para no sentir que "pierdo el tiempo" o algo así, haciendo algo impráctico, que en realidad es hacer lo que me gusta y me hace bien a mi. Y también por vagancia, por esa cuestión de que es más facil poner fuerza de voluntad cuando hay una "obligación" o, bah, ni siquiera, porque uno elige esa manera de obligación, pero bueno, cuando hay un fin práctico o de "cumplir" con lo pedido que cuando uno mismo quiere hacer algo. Para detener estos rodeos verbales me remito al simple ejemplo: es más fácil despertarse temprano cuando hay que ir a hacer un trámite o ir al médico o cualquier cosa, que despertarse porque uno quiere. porque a uno le gusta. o por simple exploración de lo matutino. o lo que sea.)


Compré tres pasteles tiza. Rojo, azul y amarillo. Tengo miedo de que se quiebren porque me los dieron envueltos en un papelito.
A mí me gusta la técnica del pastel. También la de la carbonilla. Nunca me compré fijador (vean cuán miserable soy, además, nunca me lo habían pedido para la facultad). Quizás me gustan porque tienen más que ver con la pintura, con el enchastre (porque sí, creo que la pintura es como un territorio casi inexplorado para mí, que me atrae mucho, mucho, mucho, pero al cual no me permito ir. Me quedo ahí en el dibujo, a duras penas, porque dibujo bastante de vez en cuando. Pero lo del pastel me gusta. Es muy bonito.)

Bueno decía, extraño las clases de dibujo, bueno, esas clases del 1er cuatrimestre en el que el dibujo técnico no existía. Porque para mí la proyección Monge es así como la muerte de la magia de los edificios. A mí me da impresión y me pone mal. Es como una desilusión, es aplastar todo y expresarlo de una manera unívoca. Que bueno, está bien, lo tienen que entender el ingeniero y el obrero y todo el mundo por igual, pero a mí me molesta. Sí, estoy agradecida por poder habitar edificios que se sostienen, pero bueno, la magia es muy importante para mí. Supongo que cuando uno se mete en una disciplina técnica es porque se resignó a que la magia quede relegada, o, quién te dice, ve la magia en otro lado.

(pero para mí la magia ahí no está)


Pero bueno, nada, no tengo ganas de seguir "justificando" por qué dejé Arquitectura. Algunas cosas me hubieran gustado y otras no, si hubiera seguido. Pero bueno, al menos por ahora, no. Pero dibujar, sí. Pintar, sí. Pero tengo que encontrar una manera de tomármelo más en serio.

Fui a una exposición de una cátedra de Representación Arquitectónica, algunas cosas estaban buenas, otras no (especialmente las maquetas, no. pero también es porque estaban rotas. Pero a mí el maquetismo como que no me copa.)
Había algunas cosas medio boludas como collages de distintos edificios que mezclaban por ejemplo partes de la fachada del Guggenheim de Bilbao y algo de la Biblioteca Nacional, algunas cosas resultaban interesantes y otras ridículas, como una que metió a Einstein para darle no sé que sentido de profundidad a la imagen, pero menos me gustó una (o uno) que metió modelos y una señora, que de paso estaban muy mal pegadas y que no se molestó en fotocopiar una vez más para que todo quedase homogéneo. Pero bueno, hete aquí otra de las características de la carrera: hay que gastar mucho dinero en materiales, materializar y rematerializar el "diseño" (ayyy, diseño)o hacer las cosas a último momento y que queden mal pegadas. Ah, y otra característica (esta vez de la facultad entera) son las chicas chetas con el pelo rebajado y largo y zapatillas All Star que combinan con la cartera y demás características de este grupo social que en Puán no se aprecian (se aprecian otras más relacionadas con los suéteres de alpaca y las zapatillas topper), pero bueno, creo que quizás hablaré de esto en otro momento. Aunque debo decir que, por más insoportable que resulte a veces el ambiente de Puán, al menos la gente no es tan "vistosa" así que es más fácil el ignoramiento mutuo. Ah, y en la FADU hicieron unos carteles en la memoria de dos chicos que murieron en Cromañon que me impactaron bastante y que (por fin) me hicieron pensar que, como estudian diseño, a veces lo usan. Y que la propaganda panfletaria es inútil y estoy harta, hartísima, de los volantes que te dan (en ambas facultades, más que nada en la mía). Pero nada, me puse a pensar un poco en la comunicación visual y blah blah blah.

Bueno, volvamos.
Decía.
Fui a este lugar y estaban estos collages, y también había "Storyboard" con edificios y gente dibujada que me gustó mucho, había algunos planos como muy seudohistorietísticos que me gustaron, más que nada la tinta, me gusta mucho mirar los trazos locos en tinta.

Y los dibujos de edificios. Gran tema. Había un dibujo a carbonilla de la Biblioteca Nacional (bah, de una perspectiva desde un costado que te permitía ver los edificios de alrededor), que como representación no era lo más "fiel" o "técnico". Era bastante torpe y medio como que casi se le curvaban las fachadas, pero me gustó, me hizo acordar a cómo dibujaba yo (de una vez que dibujé al aire libre, en un lugar que no me gustaba, pero bueno, era lindo dibujar una "panorámica" o algo así), y me dio ganas de dibujar edificios. Porque ya lo he dicho, siento que ellos imponen de alguna manera su perspectiva y entonces el dibujo no puede salir "mal".). Aunque cuando se puso a dibujar un detalle de una partecita del edificio este y ahí me aburrí,(ahí es cuando viene la especificidad del estudio técnico, del estudio del diseño tan en concreto, tan en su no - magia).

Pero lo que me gustó, más que nada, fueron las aguadas de distintos rincones de la ciudad, faroles, casas antiguas, árboles, la cúpula de una iglesia (la biblioteca nac. no es uno de mis preferidos, pero me gustó igual el dibujo, y el edificio en sícomo que también me gusta). Pero nada, me gustaron mucho. Los colores, las tintas, las acuarelas, el líquido, el paisaje recortado.

Y me dieron ganas de hacerlo a mí. Así que, quien sabe, me ponga a dibujar los edificios yo misma. Y por fin me compre un fijador para carbonilla y me ponga las pilas para conectar ese misterioso escáner que da vueltas por la casa de mi papá.


A ver qué pasa con la magia.



Lo de las fotos no sé, quizás en otro momento, cuando tenga más libertad para sacarlas y ponerlas acá. Abúrranse, no me importa. Pero bueno, como soy buenita les pongo una foto más ( y también por una razón medio narcisista, y también para saludarlo a Fran, y también para hacer un chiste porque soy medio tonta)


Hola!
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Hasta luego!

Tuesday, May 03, 2005

Quiero escribir, quiero escribir, tengo tiempo hoy para escribir... pero resulta difícil, no sé qué pasa. Pero bueno. Intentemos.

Está difícil la cosa. A ver, dejemos un espacio en blanco para tomar impulso.






Hace ya más de una semana, bastante más, quería hablar del tema de las fotos. Porque tengo 60, sí, sesenta fotos, y ganas de no poner ninguna. Porque las saqué hace más de dos meses, creo, y también, quizás, porque me gusta escribir sobre algo poco entendible sin ilustraciones, algo "aburridor" (aburriente, aburritivo, me gusta inventar palabras. Cómo "garrapiñero", sustantivo aun no instituido -al contrario de "aburrido"- que me gusta modificar constantemente, como "garrapiñista", "garrapiñador", "trabajador de la garrapiñada" - este acabo de inventarlo -).

Bueno, empecé ya a ponerme pelotuda así que creo que el impulso ha sido tomado.

El tema de las fotos: se desactualizan. Yo estaba recontraloca por el edificio de la Ítalo Argentina, pero ayer lo vi y no tanto. O sí, pero me gustaba el edificio. No la foto. Hoy miré la foto y me aburrió. Tiene algo que ver con la luz del sol supongo. Algo pasa con la luz del sol. Cuando la misma luz nos pega al edificio y a mí. Como que compartimos algo. Ah, ya sé. La simultaneidad física. Sí, era obvio, pero lo escribo porque el blog es mío y está dedicado a que yo sea libremente idiota así que el que no lo quiera leer que lo lea y le digo que lo lea porque este es mi blog y puedo decir lo que quiera, aunque no sea coherente.
Igualmente, creo que las fotos son en sí bastante bonitas, no porque yo las haya sacado bien, sino porque el edificio te impone su propia perspectiva, y si es lindo, es lindo, y no hay con que darle.
No sé, si ahora pegara una foto del Círculo Militar no sabría muy bien que decir, podría decir que cuando pasé por ahí quise escribir y fran me prestó su excéntrica birome naranja y escribí en un papel sobre su espalda, pero eso ya lo dije antes.

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Esta foto, por ejemplo, gentilmente enviada por Martín, es una linda foto, pero es como que es una foto "hecha" por Santiago Calatrava (si es que la sacó desde el puente) o por alguno de aquellos arquitectos fashion que diseñaron la veredita de puerto madero. La foto está bien, pero es una panorámica regalada (por suerte) por estos señores. Ojalá en Constitución tuviéramos una calle enorme o un río que nos permitiese pararnos del otro lado y sacar fotos de por ejemplo una casa de renta, vieja, afrancesada, que vi hoy. Pero bueno.
(creo que esta debe ser una de mis posts más aburridas desde empecé con el blog...)

aj...

Bueno. Otra foto. De la Secretaría de Comunicaciones. Es una foto aburrida, aburrida. Pero por qué? Porque así es como el edificio nos regala su fachada. No es un feo edificio, pero... me aburre un poco. Sí, se le pueden sacar fotos del costado que estarían mejor, pero bueno. La fachada "oficial" es esta y es muy aburrida.
Esto viene a cuento de que hay un concurso para transformar este edificio en "Sede del Bicentenario" o algo así, y en el aviso para concurso está esta misma foto, que debe haber sido sacada con una cámara que vale 2303 veces más que la de Martín, y es idéntica. Incluso más aburrida. Porque acá por lo menos el cielo está celeste y bonito y me hace acordar a cuando los edificios y yo compartimos el sol. Y el cielo podría decirse también, pero no sé. El sol a mí me quema y me hace molestar los ojos, así que me da un poco más de bola que el cielo.
Pero bueno, saludos al cielo también. Menos a todo su contenido mitológico y a sus "gentecitas" que la verdad allí no deben estar, pero si están, para qué van a querer que los salude una loca atea como yo.

Bueno: la foto.

No, mejor no la pongo. Ja. La cuestión es que este proyecto del Bicentenario consiste en presentar algo para transformar el edificio (en serio, para que sea menos aburrido). Sé que en una época Christophersen había proyectado un puente entre este edif. y la Bolsa de Comercio, pero la verdad es que no me imagino cómo hubiera podido ser. Si hubiera sido como pienso, hubiera sido muy ridículo.

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Sí, tiene columnas y vidriecitos muy lindos, que acá no se ven muy bien... como edificio está todo bien y lo quiero más que nada porque está ahí con los viejitos de Alem... pero da fotos aburridas. Pobre de él que quería ser estrella.
En realidad, lo que no me deja conforme es que con la foto puedo abarcar muy poco, no sé, como que este edificio tendría más gracia si se pudiera ver que al costado está la Bolsa de Comercio. No sé.
Pero hoy viajando en el 53 (sí, el primer viaje de mi vida en esa línea, y además el colectivero era lindo... que cosa tan extraña) vi una cúpula neogótica mientras atravesaba un barrio por el que nunca caminé, y se veía de costadito, creo que casi en diagonal, debería haber estado a dos cuadras de distancia... y era más linda.
Nunca la había visto en realidad, pero estoy casi segura de que era más linda así que de frente. No sé. Es el contexto. Es linda la foto del edificio desde una esquina, viendo los que los rodean, con un árbol interponiéndose y molestando.
Es linda la ciudad.
Hasta podría decirse que es lindo que la ventana de abajo la hayan volado a la mierda y puesto un parripollo. No sé. A veces me gusta.
(Pero un parripollo nomás, una tienda de diseñadores no. Pollos sí, diseño no. Quizás porque el del pollo es un inconsciente, y se lo perdono un poquito más que al niño de la FADU que me viene a destruir un ventanal.)

sí, mi ventanal. porque ese ventanal a mí me importa y yo lo quiero y porque voy así, colonizando vitrales por la ciudad. sí, porque en mi blog digo lo que quiero.

Y no sé que va a pasar con esto de las fotos. Quizás si puedo sacarlas y subirlas inmediatamente, puede ser. Si no, habrá que conformarse con estas descripciones de una ciudad imaginaria que quizás no exista más que para mí.